Para esta receta tradicionalmente se ha usado el plátano conocido como vianda, pero también sirven las variedades que se consumen como fruta, cuando están verdes. La cantidad de plátano depende lógicamente del que se emplee, razón por la cual preferimos explicar cómo se hace y no consignar, como es nuestra costumbre, cantidades.
Pele el plátano verde y córtelo en rueditas finas para freírlo en forma de chicharitas o mariquitas. Después de fritas y escurridas las rueditas de plátano, déjelas refrescar sin añadirles sal y muélalas para convertirlas en una especie de harina fina o polvo. Use este plátano frito y molido para espesar un caldo de res, gallina o pollo; añadiéndolo al caldo caliente con algunas gotas de zumo de limón.
Cuado hay buen día, y condiciones para hacerlo, las rueditas de plátano se pueden secar al sol y luego convertirlas en harina para darle un mismo uso.
Tanto una como otra forma de harina se pueden preparar en cantidades un poco mayores de las que se van a usar en el momento y conservar las en el refrigerador para hacer sopa más de una vez, cuando se desee, aunque suele ser mejor la sopa que se prepara espesando el caldo de plátano recién frito y molido.
En la licuadora se pueden poner las rueditas de plátano con el caldo y batirlo ya queda molido y espesado el caldo. En esta forma, y de acuerdo con las preferencias individuales, para calentar la sopa a veces es necesario volverla a poner unos minutos al fuego.
Nitza Villapol
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