La miel se tiene que conservar solamente en vasos hechos de vidrio o aluminio, perfectamente limpios. Sin embargo, no introduzcan miel en vasos que an6teriormente contuvieron el mismo producto, sin limpiarlos: la vieja película de miel contiene gérmenes de fermentación que pueden contaminar a la miel fresca.
Nunca almacene miel en vasos de cinc, cobre, plomo o sus aleaciones, ya que bajo la acción de los ácidos contenidos en la miel estos metales forman combinaciones químicas que pueden iniciar graves intoxicaciones. Tampoco son indicados los recipientes de hierro, porque la herrumbre altera el gusto y el olor de la miel.
Los tarros con miel no se deben colocar junto a recipientes que contengan sustancias volátiles (pinturas, carburantes, esencias), porque la niel toma el sabor con facilidad. Tampoco se debe dejar el vaso con miel abierto en la proximidad de sustancias higroscópicas (por ejemplo la sal), para evitar la fermentación más rápida de la miel.
La miel conservada en tarros de vidrio se tiene que guardar fuera del alcance de la luz, que también favorece la alteración del producto, concretizada en la acentuación de su color (oscurización)
Para fluidificar la miel cristalizada, se puede calentar en un baño de agua (no directamente sobre el fuego) Cuidado, no calienten más miel que la cantidad que se consuma una sola vez, ya que el calentamiento acelera el proceso de fermentación.
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