2 libras de arroz
1 libra de frijol negro
6 tazas de agua
1 ají grande
3 dientes de ajo
1 hoja de laurel
½ cucharadita de orégano
½ cucharadita de comino
4 cucharadas de aceite
4 cucharadas de manteca (opcional)
1 cucharadita de sal
1 cucharada de vinagre
Remojar los frijoles desde la noche anterior, al siguiente día poner en la olla con la mitad de sal, la hoja de laurel y uno de los ajíes, tapar y cocinar hasta que se ablanden. Escurrir y si el líquido no da un litro, agregar más agua hasta completarlo. Sofreír en aceite la cebolla y el ají, más tarde añadir la mitad de los ajos, que deben ser machacados con el orégano y el comino previamente tostados. Agregar los frijoles y el arroz lavado y añadir el agua de los frijoles y el resto de la sal. Dejar cocinar a fuego vivo hasta que rompa e hervor, cocinar a fuego mediano hasta que el arroz se ablande y quede desgranado. Echar el vinagre. Aparte, sofreír los ajos que quedaron en la manteca, machacados hasta que se doren, sacar y verter de forma gradual la grasa en el arroz, y revolver bien para mezclar todo con la manteca. (Puede usarse recortería de cerdo y seguir el procedimiento descrito en la receta del congrí. Tener en cuenta que hay quienes solo diferencian el congrí de los moros y cristianos por el tipo de frijol usado, colorado para el primero y negro para el segundo, y siguen para ambos la misma receta de elaboración).
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